Dobles
“Una vez más, y como
un escalofrío, me entró cualquier
intento de defensa la certeza de hallarme en una estrofa
de un poema ajeno, y me sacudió de tal forma que miré
furtivamente a mi alrededor por si me habían visto.”
Werner Herzog, La Conquista de lo Inútil
Hace unos meses leí un cuento del
escritor peruano Julio Ramón Ribeyro donde el personaje principal convencido de
la existencia de un doble radicado en Australia, abandona su rutina habitual para
encontrarlo. En un relato de Julio Cortázar una chica desde Argentina escribe
cartas a una joven idéntica a sí misma que vive en un frío país del norte. En
ambos casos, el encuentro tan ansiado con los dobles no fueron experiencias felices.
Por el contrario aquellos que se consideraban la versión original advirtieron
que la ingenuidad que guiaba sus búsquedas no era la misma que habitaba en
aquellos dobles. Pronto descubrieron que sus doppeltgänger se engullían sus vidas personales
para sumirlas en una identidad ajena. El espejismo posee cualidades
camaleónicas inmejorables y no se somete fácilmente a los designios de un
demiurgo terrenal que, al igual que él, ocupa con su cuerpo el espacio y con su
historia el tiempo.
En los cuentos, como en el video Dobles de Leticia Obeid, el problema de
la identidad parece tornarse un juego distinto de los principios de la lógica
tradicional, un ser puede ser y no ser al mismo tiempo. Irrumpe en la realidad
transcurriendo como una ficción o buscando ese reflejo que atestigüe la propia
existencia. Me acuerdo de una anécdota que relató Silvio Mattoni en un
seminario sobre poesía argentina, el encuentro de Juan L. Ortiz con un supuesto
doble en un ascensor de China. Después de aquel acontecimiento la relación con
su propia orientalidad se vió más afectada, afirmada con más contundencia.
Evidentemente los dobles no son tales, la dialéctica del amo y el esclavo
subsiste en esa tensión por la unidad, a la que finalmente se ven reducidos, para
habitar el mundo real. En el caso de Juan L. Ortiz no se advierte esa tensión
traumática, como en los cuentos, pero si una diferencia; la orientalidad del
doble acentúa el estilo del poeta Entrerriano.
La distancia geográfica es una
característica de los ejemplos, en el corazón de lo idéntico se reúnen lo lejano
y lo cercano, lo conocido y lo desconocido. El otro, que soy y no soy hace, muchas
veces, del mundo un lugar más extenso y habitable, una morada donde perseguir
destinos variados. Los dobles, los reconocidos actores del doblaje mexicano
entrevistados por Obeid, son puentes para transitar realidades desconocidas
pero a su vez muy familiares, culturas distintas pero afectivamente cercanas.
En el contexto de la monumental industria televisiva y cinematográfica la
artista rescata los cuerpos ocultos como doppeltgänge de nuestra sociedad actual.
Sociedad que no sólo niega la posibilidad de jugar con identidades múltiples,
alienígenas, inventadas o creativas sino peor aún sostiene ese proyecto
modernista en el ocultamiento de lo distinto.
Las entrevistas realizadas en Dobles y también la clase de doblaje
impartida por Humberto Vélez en el video Los
sonidos de atrás, expuesto actualmente en el Museo Caraffa, abundan en
alegres afirmaciones. Las filmaciones de Obeid muestran los rostros y los
cuerpos que han donado sus voces al entretenimiento, potenciando la fuerza
indomable de lo particular.
Mariana Robles
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