Dignora Pastorello de Larco
Hierro forjado
1968
Hierro
Forjado es la pintura de
Dignora Pastorello donde vemos una mesa con platos y cubiertos, jarra y
cenicero, vasos, una botella con vino y dos sillas, transcurriendo en la
levedad del día. La luz ingresa por muchas persianas abiertas que rodean el
cuarto y confunde las disimiles imágenes de lo urbano con la armoniosa
disposición del hogar. En esa mesa, dos personas forjaron una conversación como
las flores, hojas y figuras geométricas se forjaron en el hierro de los
balcones cercanos. A través, de esas ventanas apenas distinguimos el cielo que,
oculto entre la arquitectura de la ciudad, brilla. Dignora nos muestra la vista
serena de ese horizonte interior, la simetría armónica que comunica el murmullo
compartido y las repeticiones de un afuera que aparece nítido y vivaz. Nos
cuenta, con el gesto de su mano pintora el mundo desde su ventana y nos
sugiere, al mismo tiempo que, en cada ventana nace otro único y singular. Así,
la mirada se enreda en los balcones, en los dibujos de bellas y sutiles artesanías
que invocan otra artesanía, la del tiempo que fragua los minutos en el
acontecer cotidiano. El espacio se fundé en esa poética de la intimidad que
recorre los bucles de una corola de hierro y descubre los tonos sutiles del
mantel, las delicadas líneas que lo distinguen de la pared. El cuerpo en su
ausencia efectiva dejó una huella y en el aire de la pintura se siente la
frescura inmediata de los que a una mesa cálida llegan o se van, alegremente.
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